El Invierno en la MTCh (parte 2ª)
La Acupuntura del Movimiento Agua
El Agua: el Riñón consolida y almacena el Qi que inicia y mantiene el crecimiento de la vida.
Conserva los recursos naturales, guardando las reservas de las materias primas esenciales para usarlas en las épocas de crecimiento, de crisis o de transición; el Riñón conserva lo que es esencial, la Esencia, el Jing, la vida humana.
La pareja del Riñón: La Vejiga
Al igual que el Riñón filtra lo puro de los líquidos turbios para producir orina, evaporando los Fluidos hacia arriba y reciclando los líquidos nutrientes y lubricantes, la Vejiga, supervisado por el Riñón, retiene y libera el líquido innecesario.
Todos los órganos dependen del Riñón para ser humedecidos y regenerados (RiñónYin) y para ser estimulados y calentados (RiñónYang).
El Meridiano del Riñón influye en nuestra memoria a largo plazo, en nuestra energía vital y sexual, controla la fertilidad y la salud de los huesos y del cerebro.
También mantiene sano el cabello y garantiza el equilibrio hormonal.
Juntos, el Yin y el Yang del Riñón, construyen la sustancia y estimulan la función del soma y de la psique.
Cuando el esfuerzo realizado nos exige detenernos, descansar, valorar lo que hemos hecho y reorientarnos hacia un nuevo propósito, nuestro aspecto Agua nos proporciona la vitalidad renovada y la Voluntad para proseguir.
Los Puntos de Acupuntura más recomendables en el invierno
Sin entrar en cuadros clínicos, que el profesional debe evaluar y personalizar en cada paciente, paso a relatar algunos de los puntos de acupuntura que ayudan al Movimiento Agua a expresar y conservar su propia naturaleza:
R10 (Yingu) punto Agua, Dominante, Estacional; R7 (Fuliu) punto de Tonificación.
V66 (Zutonggu) punto Agua, Dominante, Estacional; V67 (Zhiyin) punto de Tonificación. Son los puntos de primera elección durante el invierno, para la regulación energética del Movimiento Agua.
En todas las estaciones y para contribuir a la transformación de la estación entrante, los puntos Tierra adaptan la homeostasia con la energía que va a pasar a ser predominante.
En el Movimiento Agua serán: R3 (Taixi), es un punto de comunicación entre el Meridiano del Riñón y los meridianos de Estómago y Bazo; y V40 (Weizhong), a su nivel se produce el nacimiento de los Meridianos Distintos o Divergentes de Vejiga y Riñón.
La Dietética del Movimiento Agua
El invierno es la estación más aconsejable para preparar alimentos que reflejen las cualidades del Agua.
Las sopas espesas clientes, los granos integrales y las oleaginosas, apetecen en los días de frío. Los alimentos secos, los frijoles pequeños de color oscuro, las algas marinas y las verduras de color verde cocidas al vapor favorecen a los riñones en el invierno.
La dietética del Riñón tiene dos objetivos: estimular el órgano mismo y armonizar la alimentación con la estación.
Para esto debemos por una parte, privilegiar el sabor de la estación: el salado, pero no en grandes cantidades. Un poco de sal fortalece el Riñón, pero una alimentación demasiado salada debilita el Riñón y el Corazón causando enfriamiento, consume en exceso el agua y endurece los vasos sanguíneos.
Por otra parte, favorecer los alimentos que fortalecen el Qi, el Yang, el Yin, y el Jing de Riñón: en especial los granos como el trigo y el arroz dulce, las sopas de frijoles (judías), algas marinas y microalgas (clorella, espirulina…), los pastos de cereal, caldos de verduras…
Los alimentos se cocinarán por mucho más tiempo, a temperaturas más bajas y con menos agua.
Los colores negros u oscuros de los alimentos nutren los riñones y conservan el Jing.
Aviso importante: Ni el director, José Luis Alabau Escolano, ni la Sociedad Valenciana de Acupuntura, así como los autores de este material, aceptan ninguna responsabilidad por el uso de estos apuntes, ni por la difusión de los mismos. Los tratamientos deben realizarse por personas cualificadas en torno a la legalidad vigente y la ética profesional correspondiente. No debe ofrecerse una curación, ni una sustitución de los tratamientos convencionales. Más un estímulo energético regulador que incrementa la capacidad del organismo de buscar el equilibrio de salud, cuando ello es todavía posible, y una mejora sintomática en los demás casos.