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La Acupuntura en el Invierno (1 de 2)

Dic 19, 2015 | Acupuntura MCh, Clásicos MCh, Dietoterapia

La Acupuntura en el Invierno (1ª parte)

Desde un punto de vista astronómico comienza con el solsticio de invierno, alrededor del 22 de Diciembre en el hemisferio norte y el 21 de Junio en el hemisferio sur; y termina con el equinoccio de primavera, alrededor del 21 de Marzo en el Hemisferio norte y el 21 de Septiembre en el hemisferio sur; variando levemente las fechas según el año.

El invierno es el final de todas las estaciones, corresponde a la culminación del Yin; es el momento del año en que las noches son más largas que los días, hay menos horas de luz solar y las temperaturas son más bajas.

Es el tiempo de la nieve, del hielo, de las lluvias frías, del granizo.

El agua se transforma en hielo; por eso se dice que el frío endurece.

El predominio de los procesos lentos, del Yin, el frío y la oscuridad, nos impulsan a buscar calor interno y permanecer suficientemente activos para conservar las articulaciones flexibles.

En la naturaleza, todo está en reposo: la savia refluye, las hojas ya cayeron y los árboles están desnudos.

Para los antiguos chinos -un pueblo agrario- el invierno era la estación del reposo: se comportaban entonces como la naturaleza, la vegetación y los animales.

En el Su Wen, podemos leer:

Los tres meses del invierno evocan una reclusión. El agua hiela, la tierra se agrieta, uno se abstiene de trabajar fuera, se acuesta temprano, se levanta tarde, no antes del día. Uno se mantiene como escondido con la idea de permanecer en casa sin tener ganas de salir. Se rehuye el frío, se busca el calor evitando las transpiraciones que agotan el soplo de Yang. El Tao correspondiente es ¨vivir recluido¨.

Nuestra civilización ya no nos permite respetar este ritmo natural.

Sin embargo, acoger el invierno es darle la bienvenida a la estación del reposo, de la meditación, del refinamiento de nuestra esencia espiritual y de almacenamiento de nuestra energía física.

Es permitirse la posibilidad de reponer las reservas, de relajarse.

Es el momento de soltar.

El invierno de la vida, representa la vejez extrema, los tiempos que preceden a la muerte.

En china la palabra Lao, que significa <viejo>, también quiere decir <venerable>; de modo que todo anciano debe ser respetado por el hecho de serlo.

En el Tao, la muerte no se considera como una derrota, como una pérdida, no se asocia con la idea del final. En él se habla de nuestro viaje sobre la Tierra como de ida y vuelta.

Los taoístas llaman a la muerte el <retorno>.

El trigrama que corresponde al Elemento Agua y al invierno es precisamente el trigrama que representa el agua: K´an.

K´an no representa el agua de los ríos que corre alegremente entre las piedras de los torrentes.

Este trigrama evoca más bien el agua que se observa en el hueco de los barrancos cuando uno se asoma para ver el fondo.

El barranco conlleva una sensación de vacío, de vértigo, de angustia, de miedo.

También se llama a este trigrama <Lo Insondable>, como lo es el fondo del barranco profundo y oscuro.

Está asociado con el color negro: inquieta; como instintivamente nos inquieta este color.

Por otro lado se relaciona con la noción de peligro, con las trampas.

Representa lo que da miedo, lo que inquieta.

Este miedo puede ser repentino y de efecto muy traumático; o crónico y devastador.

< Lo Insondable> está vinculado al oído porque es el sentido que se pone en alerta cuando nos sentimos en peligro.

El Agua, también representa la realización del trabajo duro: el esfuerzo.

En todas las antiguas sociedades agrarias, al principio del invierno se llenaban los graneros para poder esperar la reaparición de la primavera. Una labor difícil a causa del tiempo gris y del frío que empezaba a caer sobre el campo.

También asociado con el humor del invierno: gris y sombrío, muy interiorizado.

En la medicina china, la Luna es el primer símbolo del Elemento Agua. Simboliza el Yin extremo, como el Fuego del Sol representa el Yang extremo. Por consiguiente la Luna se asocia con todo lo que es Yin dentro de nosotros, concretamente el Agua del cuerpo y los movimientos que se asemejan a los de las mareas. Los antiguos médicos taoístas otorgaban un lugar importante a las fases de la Luna para diagnosticar y curar las enfermedades.

El invierno, el Elemento Agua se enraíza en nuestro cuerpo en dos órganos: el Riñón y la Vejiga.

En la fisiología china, estos órganos gobiernan el metabolismo de agua.

Además los riñones, los cuales representan la raíz del cuerpo, son la base de todas las cualidades del Yin y del Yang; proporcionan energía y calor.

La actividad de las glándulas suprarrenales se asigna generalmente al concepto de los riñones en la medicina china.

Los riñones almacenan Jing, el cual determina nuestra vitalidad, resistencia a las enfermedades y nuestra longevidad.

Nacimos con Jing < congénito>, el cual influye en nuestra constitución y desarrollo individual. La cantidad de Jing que recibimos al nacer corresponde a la salud y constitución de nuestro padres.

Este Jing es irremplazable; y una vez que se utilice por completo, la vida cesa.

Sin embargo, el Jing < adquirido> se puede obtener de los alimentos y puede amplificar la actividad de incluso cantidades pequeñas de Jing congénito.

El Jing es la base material del metabolismo.

Para los médicos de la China antigua, el simple hecho de vivir, de mantener el desarrollo de la vida dentro de nosotros, implica la actividad de todo el metabolismo; y por consiguiente el deterioro natural y progresivo del Jing.

Es una extinción natural del Jing la que provoca la muerte por vejez, cuando esta no es debida a un accidente o enfermedad grave hacia el final de la vida.

A la inversa, el Jing se encarga de la reparación del cuerpo en caso de enfermedad infecciosa, enfermedades degenerativas, secuelas de accidentes, etc.

Él dirige el formidable potencial de <auto-reparación> del organismo.

Algunos factores que agotan el Jing son: estrés, miedos, inseguridades, traumas, trabajo en exceso sin el correspondiente descanso, exceso de alimentos dulces refinados, demasiada proteína, productos tóxicos tales como alcohol, drogas, metales pesados, toxinas en el alimento y el agua, enfermedades graves…

El Riñón se relaciona con el miedo.

También es portador de la emoción de la desesperación.

Por ejemplo el miedo a ser agredido, a ahogarse, a los accidentes de tráfico… se manifiesta en el acto con una pérdida brutal del Jing y con un vacío de la energía del Riñón.

El miedo crónico, por su parte, se manifiesta por una inquietud latente.

A la larga, este estado también debilita el Riñón y agota el Jing.

Algunos miedos de naturaleza obsesiva: miedo a la oscuridad, miedo a los animales…, tienen las mismas consecuencias.

El estrés cotidiano de la vida moderna en un medio urbano deteriora la parte Yin del Jing, lo que provoca al mismo tiempo la inquietud y la agitación.

Es el estado crónico de las personas estresadas.

Después de un trauma, se observan señales de vacío del Jing.

Debido a la relación que existe en la energética china entre el Riñón y el Páncreas, a veces se manifiesta un brote de diabetes insípido, insulino-dependiente, durante las semanas o los meses siguientes al trauma.

Este Jing agotado tarda en reconstituirse.

En acupuntura, se dice que, más allá del vacío energético puntual, la emoción grabada en el cuerpo bloquea la producción y la circulación de la energía, retardando su reconstitución.

Los textos médicos antiguos afirman que un déficit del Jing también puede impedir que las personas muy mayores se enfrenten a la muerte con serenidad.

Feliz Invierno

Bibliografía consultada:

  • Canon de medicina interna del Emperador Amarillo (Líng Shû)
  • Canon de las Dificultades (Nán Jing)
  • Medicina China ¨Guía para tu bienestar¨ Yves Requena y Marie Borrel
  • Entre el Cielo y la Tierra. Los 5 Elementos de la Medicina China. Harriet Beinfield y Efren Korngold
  • Sanando con alimentos integrales -Tradiciones asiáticas y nutrición moderna. Paul Pitchford

 

Aviso importante: Ni el director, José Luis Alabau Escolano, ni la Sociedad Valenciana de Acupuntura, así como los autores de este material,  aceptan ninguna responsabilidad por el uso de estos apuntes, ni por la difusión de los mismos. Los tratamientos deben realizarse por personas cualificadas en torno a la legalidad vigente y la ética profesional correspondiente. No debe ofrecerse una curación, ni una sustitución de los tratamientos convencionales. Más un estímulo energético regulador que incrementa la capacidad del organismo de buscar el equilibrio de salud, cuando ello es todavía posible, y una mejora sintomática en los demás casos.

 

La Acupuntura en el Invierno (2 de 2)

Autor de publicación

José Luis Alabau Escolano

DIRECTOR Y FUNDADOR de la EAM
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