Los puntos A’shi
Historia.
El descubrimiento de que determinadas lesiones mejoran tras masajear o presionar los puntos que generan dolor es, con toda probabilidad, el primer y principal descubrimiento de cualquier sistema médico del planeta.
Es una experiencia intuitiva que todo ser humano ha experimentado.
Y sigue experimentando.
Instintivamente llevamos la mano hacia donde nos duele.
Al igual que en cualquier otro sistema de salud en la MTCh se presupone que el masaje y la presión con diferentes elementos sobre zonas o puntos con dolor se practicó instintivamente desde los albores de la humanidad en esa parte del planeta.
El progresivo desarrollo y perfeccionamiento de los instrumentos de piedra para la caza debió impulsar también el uso de punzones de piedra para estimular zonas o aliviar dolencias como la punción de abscesos.
En China se conoce a estos punzones o “agujas de piedra” como Bianshi.
La presencia del radical “piedra” en dicho término invita a pensar que fueron los primeros instrumentos que servirían para abrir, tratar y drenar los abscesos, así como para estimular ciertas zonas dolorosas que pudieran provocar el alivio de algunos padecimientos.
Se entiende que esta forma de actuar pudo ser el brote más rudimentario de técnicas como la cirugía o la Acupuntura.
El primer registro de estos “puntos dolorosos” en la literatura médica China, aparece en el Ling Shu.
En su capítulo 13, dedicado a los meridianos y los músculos, se afirma que “donde hay un punto doloroso, es el punto de concentración, allí se debe punzar”. Es una clara referencia a que el punto lo marca el dolor, independientemente de cualquier otra circunstancia.
El primero en acuñar el término fue el célebre médico Sun Si Miao (período de la dinastía Tang) en su obra Qian Jin Yao Fang, al indicar: “si al tratar una persona que manifiesta una condición de dolor al apretar, no preguntamos si es un punto de acupuntura reconocido, puesto que localizamos un punto doloroso. La puntura y moxa de estos puntos han demostrado su eficacia en el pasado. Por lo tanto se llaman puntos A’shi”.
También aparece en la literatura la referencia a la «tecnica A’shi» de punción.
Características.
El término A’shi puede traducirse como “eso es”, “ahí es”, siempre determinado por la condición de desencadenar el dolor.
Podríamos decir por tanto que un punto A’shi es un punto doloroso a la presión o simplemente doloroso de forma espontánea. Y esto, independientemente de que pertenezcan o no a un canal (ya sea principal o secundario).
Suelen aparecer en patologías musculares y de reciente aparición, hasta el punto de que alguna literatura los considera puntos de alarma (¿Mu?) de los canales tendinomusculares.
Se caracterizan por ser bastante superficiales y su acción es estrictamente local.
Hay algunos puntos de acupuntura, especialmente los Mu y los Shu del dorso que suelen ser dolorosos a la presión, pero no hay que confundirlos con puntos A’shi.
Estos son puntos perfectamente localizados en canales principales y directamente relacionados con los Zang-Fu, razón por la cual suelen presentarse dolorosos a la presión cuando existe alguna disfunción de aquellos.
En mucha de la literatura fisioterapéutica reciente estos puntos A’shi se han equiparado a los PGM (puntos gatillo miofasciales), en sus vertientes de Trigger Points o Tender Points.
Señalaré algunos paralelismos y también diferencias, con el ánimo de ayudar al lector a comprender unos y otros.
Los PGM suelen coincidir en casi un 90% de los casos con puntos de acupuntura. Esto es cierto.
Al igual que sucede con los A’shi provocan dolor local, pero también en no pocas ocasiones a distancia (dolor referido) al ser presionados. A pesar de que muchas veces ese dolor referido sigue el trayecto de un canal de acupuntura, el dolor referido no es una característica de los puntos A’shi.
Forman una “banda tensa” en las fibras del músculo que normalmente es palpable, percibiéndose una suerte de cuerda o nódulo en lugares donde no deberían palparse (la palpación de la mayoría de tendones es similar a la de una cuerda). Existen muchos puntos A’shi en los que no se palpa ningún tipo de contracción.
La técnica de pinzado rodado suele dar manifestaciones en la zona, lo que no suele suceder con los puntos A’shi.
Provocan acortamiento del rango de movimiento en el músculo sobre el que se localizan, así como una cierta debilidad en el mismo. El músculo se fatiga con facilidad, aunque no se provoca atrofia. Estas características no suelen aparecen en los A’shi.
Suelen llevar asociados otros PGM secundarios.
En ambos casos se produce un aumento de la conductividad eléctrica, lo que permite su localización a través de buscapuntos.
La temperatura de la piel puede estar aumentada en la zona (lo que puede interpretarse como una plenitud de Yang local) o disminuida (normalmente en casos crónicos que pueden interpretarse como una insuficiencia de Yin local).
Tratamiento.
Por lo general los puntos A’shi que mayoritariamente encontraremos en la clínica se clasifican como plenitudes de Yang (el factor tiempo es determinante en estos casos), por lo que emplearemos técnicas de dispersión.
El Ling Shu, en el mismo capítulo que citamos anteriormente, cita textualmente en referencia a estos puntos: “No se puede fijar la cantidad de punciones a efectuar. Se debe punzar hasta que el enfermo sea aliviado”.
La técnica más eficaz de desactivación (como sucede con los PGM) es la de punturar directamente el punto doloroso, profundizando y extrayendo la aguja repetidamente en varias direcciones.
También puede rodearse el punto con numerosas agujas superficiales, todas ellas apuntando en dirección al foco doloroso.
Si se emplea electroacupuntura debe dispersarse.
La moxibustión china está contraindicada para estos casos. Se aplicará únicamente en casos de insuficiencia o allí donde se detecten factores patógenos de Frío o Humedad. En estos casos, aplicar la técnica de aguja caliente.
En cambio la técnica Okyu japonesa con impacto directo suele dar muy buenos resultados.
La combinación de aguja y ventosa sobre el punto, con posterior masaje con ventosa de la zona afectada, suele dar también buenos resultados.
Juan.